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La adolescencia, esa etapa en la que quiero saber quién soy.

Todos hemos tenido nuestra época rebelde en la adolescencia, es así. Cuestionas las normas de conducta en busca de tu propia identidad y el conseguir tu autonomía se vuelve tu prioridad. Al principio consigues la seguridad respecto al exterior en compañía de una amiga íntima, tan íntima que parecéis siamesas. Y es que, los amigos te hacen sentir que formas parte de algo: compartes secretos, tus cambios emocionales, tus opiniones... y sobre todo, tus experiencias.

Quiero hacerlo todo y YA.

Durante la pubertad no quieres perderte nada y todo tiene que ser para ya, te vuelves un poco más impaciente. Quieres que tus amigos/as siempre cuenten contigo, estar en todos sitios, ir haciendo sobre la marcha, suena una canción y antes de que termine ya necesitas pasar a la siguiente. Tus cambios emocionales hacen que cada momento sea distinto y que acabes haciendo todo sobre la marcha.

Pubertad, reír y llorar a la misma vez

Los cambios emocionales en la pubertad suelen ser desproporcionados. Son continuos y sin motivos aparentes. Puedes pasar de la risa al llanto chasqueando los dedos. Puedes estar más eufórica, hiperactiva o más pasiva, todo depende de cómo seas. Es importante ser conscientes de lo que sentimos en cada momento e intentar canalizarlo de una forma positiva. Algunos sentimientos son nuevos como por ejemplo el enamoramiento o la sensación de ridículo y otros simplemente se intensifican, como la vergüenza. Pero tranquila, a medida que creces estos cambios emocionales se hacen más fáciles de controlar.

¿Pero, esto sólo me ocurre a mí?

¿Eres la última de la clase en depilarte?, ¿Encuentras pequeñas diferencias entre tu cuerpo y el de tus compañeras?, ¿Has discutido con un/a amiga/o íntimo/? ¿No recibes mensajes o llamadas en el móvil o Instagram?, ¿Todavía esperas tu primera regla?, ¿Eres crítica con tu aspecto: cabello, orejas, nariz, etc.?, ¿Te critican algunos compañeros? Durante la adolescencia los cambios físicos suelen ser muy rápidos y es normal que el estado de ánimo varíe. Cada persona y cada cuerpo son distintos, y no todos atraviesan estos cambios de la misma manera. Puede que algunos momentos te parezca el fin del mundo, pero recuerda que todos tus amigos están viviendo una situación parecida, el poder compartir estos cambios emocionales y físicos con ellos puede ayudarte. No tengas miedo a abrirte al mundo.

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