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Según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) una alimentación saludable, el consumo diario de 2 litros de agua y el ejercicio moderado favorecen el buen estado de salud.

Algunos consejos sobre qué comer en la menopausia: La menopausia es una época de cambios físicos y emocionales en la que una dieta saludable puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida. A partir de los 40 años las mujeres necesitan un aporte calórico menor, por eso es importante mantener una alimentación basada en una dieta saludable y equilibrada. Algunas recomendaciones específicas que conviene seguir son:

  • Evita el exceso de grasas de origen animal (grasas saturadas), ya que éstas te harán aumentar de peso y facilitarán la aparición de colesterol.
  • Reduce el consumo de alimentos como embutidos, bacon, nata, productos de repostería industrial, etc.
  • Es importante que tomes grasas insaturadas (aceite de oliva, nueces, almendras...). Introduce en tu menú diario el consumo de frutas y verduras.
  • Aumenta el consumo de pescado, sobre todo pescado azul (rico en grasas omega 3).
  • Incluye en tu dieta, de forma moderada, alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales y derivados como pasta, arroz, pan, legumbres y patatas).
  • Un mayor aporte de calcio es fundamental en esta etapa para forzar la asimilación a través del intestino y evitar que la pérdida de masa ósea sea más severa.
  • También es imprescindible la vitamina D que ayuda al cuerpo a absorber el calcio y que se encuentra en productos lácteos, pescado (sardinas, salmón, atún...) o cereales.
  • La soja, rica en isoflavona, es otro alimento que debes incorporar a tu dieta si no lo has hecho ya. Te puede ayudar a reducir los sofocos, actúa sobre el colesterol y también ayuda a prevenir la osteoporosis.
  • Bebe, al menos, de 1,5 a 2 litros de agua al día (aproximadamente 8 vasos).
  • Aumenta el número de comidas (por ejemplo, distribuir los alimentos diarios en 5 comidas más ligeras) y disminuir la cantidad te ayudará a evitar los sofocos.

Un control de peso contribuye a la disminución de diversas patologías, principalmente cardiovasculares, articulares y endocrinas. Es importante mantener el peso adecuado, pues, a medida que aumenta la edad, el porcentaje de mujeres a dieta por iniciativa médica debido al sobrepeso y a la diabetes, entre otros motivos, es mayor.

¿Qué puedes comer en la menopausia? Para mantener o conseguir un peso adecuado es recomendable que sigas estos consejos recomendados por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, SENC, para tener una dieta saludable y equilibrada:

  • La distribución del contenido calórico de las comidas debe hacerse de forma personalizada; teniendo en cuenta factores como la edad, el peso, la actividad física desarrollada por cada persona y respetando una dosis equilibrada de alimentos.
  • La proporción más adecuada de las comidas de un día es: 20% en el desayuno, 5-10% a media mañana, 40% en la comida, 5-10% en la merienda y 30% en la cena.
  • En relación al contenido de la dieta, debe ser rica en frutas, verduras, cereales, legumbres, leche y productos lácteos (preferiblemente semidesnatados o desnatados) que te asegurarán una ingesta adecuada de calcio.
  • Las grasas no deben superar el 30-35% de las calorías totales. Debes asegurarte de incluir en tu dieta alimentos que contengan grasas omega 3.
  • También debes realizar un aporte suficiente de fibra, entre 20-35 g/día.
  • Las proteínas deben ser preferiblemente de pescado o de ave, limitando el consumo de carne roja.
  • Si realizas una dieta variada, no es preciso el aporte suplementario de vitaminas.
  • Debes respetar el número de comidas al día y los horarios en que las realizas. Asimismo, es conveniente que te asegures de beber entre 1,5 y 2 litros de agua diarios (aproximadamente 8 vasos).

El método más eficaz para controlar el peso es la práctica de ejercicio regular y el seguimiento de una dieta variada, equilibrada y adecuada a las necesidades de cada persona. Recuerda que las dietas milagro no existen.

Mantener regularmente una actividad física es muy recomendable ya que te ayuda a mantener tu peso y contribuye a que afrontes la menopausia con menos síntomas. El ejercicio fortalece los huesos, el corazón y los pulmones además de tonificar los músculos y mejorar la vitalidad.

Las necesidades de sueño dependen de diversos factores, uno de ellos es la edad, cuando eres adulto sueles dormir entre 7 y 8 horas. Fisiológicamente, las horas de sueño disminuyen a medida que se envejece y los patrones del sueño tienden a cambiar. Está comprobado que el no dormir suficiente puede perjudicar el sistema inmunológico, el sistema nervioso, la coordinación, el humor y la concentración.

Algunos consejos que pueden ayudarte en tu descanso: Lo primero, es que para dormir bien es importante seguir unos buenos hábitos y conseguir un ambiente agradable:

  • Fija un horario estable para ir a la cama y para despertarte.
  • Procura que tu dormitorio sea cómodo, mantenlo bien ventilado y a una temperatura agradable (unos 22ºC), aislado de ruidos y luz. Utiliza un colchón confortable y, en caso de usar almohada, procura que ésta no sea muy alta.
  • Tu cama debe ser un lugar para dormir. No la utilices para ver la televisión o escuchar la radio.
  • Adopta una postura física correcta y duerme con ropa cómoda que no te moleste ni te apriete.
  • Aunque debes mantenerte activa y realizar ejercicio moderado con regularidad, ya que favorece el descanso y te ayuda a liberar tensiones, no debes realizarlo al menos tres horas antes de ir a dormir, pues a corto plazo tiene un efecto activador.
  • No te obligues a dormir. Si al cabo de un rato, después de acostarte no consigues dormirte, no pierdas la paciencia dando vueltas; es mejor levantarse de la cama y realizar alguna actividad relajante (leer, escuchar música...) hasta que te entre sueño.

  • Las siestas de más de 15 ó 20 minutos.
  • Los estimulantes como el café y el té por la tarde.
  • Las cenas copiosas y demasiado tarde. No abuses del jamón, queso, bacon o tomate por la noche ya que contienen tiamina, una sustancia que aumenta la liberación de un estimulante cerebral. Por el contrario, el yogurt, la leche o el plátano, son alimentos ricos en triptófano y pueden ayudarte a conciliar el sueño.
  • Beber líquido en exceso durante las tres horas antes de irte a dormir.
  • Comer si te despiertas a media noche.
  • Las pastillas para dormir. Sólo están indicadas como último recurso en casos tratados de insomnio crónico y siempre bajo la supervisión de un médico.



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