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¿Qué es la higiene íntima?

Una higiene íntima diaria es clave para sentirte cómoda y reducir el riesgo de infecciones; y más en esta etapa en la que la zona vaginal se ve directamente afectada por los cambios hormonales. La vagina realiza por sí misma una actividad de autolimpieza: cada día genera un flujo blanquecino (flujo vaginal) que sanea las paredes vaginales.

Además, el nivel de acidez de este flujo vaginal (llamado pH vaginal) contribuye a prevenir posibles infecciones. Por eso, si se altera, puede provocar infecciones, la aparición de sequedad, picor y dolor al mantener relaciones sexuales o al orinar. Lo más recomendable es pedir consejo a tu médico si aparece alguna de estas molestias.

¿Cuáles son los hábitos más adecuados de higiene para una mujer?

En esta etapa, la disminución del flujo vaginal y el envejecimiento de los tejidos favorecen la aparición de infecciones vaginales o urinarias. Para evitarlas, el mejor consejo es que sigas una rutina de higiene saludable como:

  • Aséate una vez al día con agua y jabón neutro o ligeramente ácido (es decir, un jabón de pH = 7 o ligeramente inferior) para no romper el equilibrio del pH vaginal.
  • Después de ir al baño, debes limpiarte de delante hacia atrás.
  • No olvides lavarte bien antes y después de mantener relaciones sexuales.
  • En la medida de lo posible, usa ropa interior de algodón y evita la ropa interior ajustada o las medias.
  • En el momento del lavado, puedes usar toallitas u otros productos específicos para la higiene íntima. Las toallitas húmedas son ideales para llevar en el bolso y mantener una higiene adecuada fuera de casa.

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