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¿Cómo puedes detectar el prolapso de vejiga?

¿Sientes un tejido extra como una bolita que sobresale de tu vagina? Junto con las molestias pélvicas y lumbares, esto puede ser un signo de que tienes una vejiga descendente.

Otros síntomas del prolapso de vejiga son:

  • Dificultad para orinar.
  • Sensación de tener que "ir" incluso inmediatamente después de orinar.
  • Sensación de pesadez o presión en la zona vaginal.
  • Infecciones frecuentes del tracto urinario.
  • Incontinencia de esfuerzo: algunas pérdidas de orina al estornudar, toser, hacer ejercicio o levantar objetos pesados.
  • Relaciones sexuales dolorosas.

En las mujeres, los músculos del suelo pélvico, junto con la pared vaginal anterior, sirven para sostener la vejiga. Cuando los músculos del suelo pélvico que rodean la vejiga se debilitan o se destensan, la vejiga deja de estar sujeta. Como consecuencia, se curva contra la vagina y forma una obstrucción o protuberancia en la cavidad vaginal.

El prolapso de vejiga (o cistocele) en mujeres puede estar relacionado con la menopausia. La disminución de los niveles de estrógeno debilita los tejidos del suelo pélvico y las paredes vaginales. Si este soporte se pierde, la vejiga puede descender hacia la vagina, lo que puede causar molestias urinarias como sensación de presión, dificultad para vaciar la vejiga o incontinencia urinaria de esfuerzo.

Otros factores de riesgo del prolapso de vejiga son:

  • Parto.
  • Cirugía, (extirpación del útero, por ejemplo).
  • Presiones excesivas en el suelo pélvico por estreñimiento prolongado, levantamiento de objetos pesados o aumento de peso.
  • Tos crónica (u otros problemas pulmonares).

La buena noticia es que el prolapso de vejiga rara vez representa un riesgo grave para la salud. La mayoría de los casos no requieren corrección quirúrgica. El tratamiento del prolapso de vejiga dependerá en gran medida del nivel de prolapso que tengas.

Si no es necesario recurrir a la cirugía, algunos tratamientos para el prolapso de vejiga que puedes seguir son:

  • Ejercicios para el suelo pélvico. El suelo pélvico es un sistema de músculos, ligamentos y tejidos que sostienen la vejiga y otros órganos pélvicos.
    Realizar ejercicios de Kegel de forma regular puede ayudarte a fortalecer esta zona. Puedes hacerlos fácilmente, por ejemplo, mientras estás sentada: contrae los músculos como si quisieras cortar el flujo de la orina, mantén unos segundos y relaja. Haz series de 10 repeticiones, al menos 3 veces al día, y verás que con el tiempo notarás los resultados.

  • Cambios en el estilo de vida: se recomienda no levantar objetos pesados y cuidar el tránsito intestinal. Si sufres de estreñimiento crónico, consulta con tu médico sobre opciones para aliviarlo, ya que el esfuerzo repetido puede empeorar el prolapso.

  • Pesario vaginal. El pesario vaginal es un dispositivo que se introduce en la vagina para sostener la vejiga. Los pesarios vaginales deben retirarse y limpiarse con regularidad para evitar infecciones. Dependiendo del tipo de pesario vaginal que te hayan colocado, la extracción se realizará en la consulta del médico o en casa.

  • Terapia de sustitución de estrógenos. Con la llegada de la menopausia, los niveles bajos de estrógeno pueden debilitar los tejidos del suelo pélvico. En algunos casos, el uso local de estrógenos (cremas o anillos vaginales) puede mejorar la tonicidad de la zona y aliviar los síntomas. No es un tratamiento apto para todas, así que consúltalo con tu médico.

Si tienes un prolapso de vejiga grave, puede ser necesario cirugía. Durante la cirugía, se introduce un soporte de malla en la pared vaginal, corrigiendo así la posición de la vejiga. En el transcurso de estos tratamientos, es aconsejable llevar protección contra las pérdidas de orina para que puedas sentirte lo más segura posible.

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Solo un profesional médico puede diagnosticar un prolapso de vejiga. Si notas síntomas como presión vaginal, sensación de bulto, escapes de orina o dificultad para vaciar la vejiga, consulta con tu ginecólogo o médico de cabecera.

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