
Incapacidad para orinar
relacionada por ejemplo con la retención de orina.
Dolor relacionado con el llenado de la vejiga
y/o dolor al orinar sin que exista infección de la vejiga.
Debilidad progresiva del chorro urinario
con o sin sensación de completo vaciado de la vejiga.
Aumento de la frecuencia al orinar,
sin relación con infección de vejiga, durante el día y/o noche.
Necesidad de alcanzar el baño rápidamente
y/o escape de orina si no se llega a tiempo.
Escape de orina
que se inicia o continúa después de un proceso quirúrgico.
Infecciones frecuentes de vejiga.